Cuando el hijo de Sadie Seller fue a visitarla a la casa para ancianitos en la que se encontraba se llevó la sorprendente noticia de que su madre de 79 años se había escapado de su estancia.
Cuando localizaron a la ancianita, todos fueron sorprendidos por el motivo de su escape: Había ido a una tienda de tatuajes para hacerse su primer tatuaje.
Nadie pidió al tatudor hacer un pequeño corazón en su hombro izquierdo.
Por otro lado Sadie contó que su llegada al establecimiento causó revuelo y alguien le preguntó si no le importaba la reacción de sus hijos y nietos. Ella dijo que no, que cuando llegara a su edad se daría cuenta que hay que vivir la vida al máximo.
También contó que había estado hablando con su amiga Samantha sobre el tema y ella le mostró sus tatuajes. Entonces se dio cuenta que quería también uno.
Cuando localizaron a la ancianita, todos fueron sorprendidos por el motivo de su escape: Había ido a una tienda de tatuajes para hacerse su primer tatuaje.
Nadie pidió al tatudor hacer un pequeño corazón en su hombro izquierdo.
Por otro lado Sadie contó que su llegada al establecimiento causó revuelo y alguien le preguntó si no le importaba la reacción de sus hijos y nietos. Ella dijo que no, que cuando llegara a su edad se daría cuenta que hay que vivir la vida al máximo.
También contó que había estado hablando con su amiga Samantha sobre el tema y ella le mostró sus tatuajes. Entonces se dio cuenta que quería también uno.
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